Seguro que más de uno tiene en su memoria los recibimientos de la afición de algunos equipos de fútbol a la llegada al estadio del autobús de la plantilla antes de un gran partido. Esos aledaños del Santiago Bernabéu antes de una  remontada europea, por poner un ejemplo. 

Una pareja de novios que se casaba en la Catedral de Sevilla el mismo día de la final de la Copa del Rey ha vivido algo parecido.

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La afición del Valencia CF estaba concentrada en las proximidades de la Catedral de Sevilla cuando apareció el coche de una novia que se disponía a desposarse. Rápidamente se hizo un pasillo y comenzaron los cánticos, los piropos, los "¡viva la novia!", las bombas de humo... Ni un partido de Champions League.

Lo que los novios no podían imaginar era que cuando saliesen de la catedral convertidos en marido y mujer serían recibidos como si hubiesen ganado el partido más importante de sus vidas. Ni pétalos de rosa, ni arroz. La afición del Valencia CF esperó al final de la boda para prender una traca, corear de nuevo a los recién casados y hasta entregarles una bufanda del equipo para que botasen junto a ellos.

Los gritos de "¡la novia es del Valencia!" dieron paso a otros más festivos de "¡que bote la novia!". El buen humor del recién estrenado matrimonio fue espectacular. 

La pareja se sumó a la fiesta en lo que fue un momento que no olvidarán a lo largo de sus vidas.